No es conveniente catalogar a los empleados como competentes o incompetentes, sí como que tienen un determinado nivel de competencia (o de incompetencia) para realizar una tarea o un conjunto de tareas concretas. Quizá sea incapaz de desempeñar bien un trabajo específico, pero sin duda, sí otro diferente. Si la Organización tiene disponible un puesto alternativo y el problema no radica en el individuo, sino en el ajuste al mismo, la solución es evidente. Pero por norma general, esto no sucede, lo más habitual es encontrarnos que el individuo no está dispuesto y/o no es capaz de desempeñarlo al nivel exigido.
En cualquier tarea, hay un punto en el que hay que detenerse. No es agradable decirlo, y no es alentador, pero algunos directivos siguen aparentando que todo el mundo tiene potencial y que es posible encontrar la manera correcta de desarrollarlo. Y es que, todavía, hay quien sigue remando con modelos laborales de la era Industrial. Esto ya no vale.
Y que modelo propones para estos tiempo. ¿Qué debería hacer un directivo para identificar las competencias reales?
ResponderEliminarPropongo una doble actuación:
EliminarUna mirando hacia el empleado, que sería una correcta gestión por competencias para una “aptíssima” adecuación al puesto, derivándolo, o bien a su departamento de RRHH, o bien a profesionales externos de Recursos Humanos.
Y por otro lado, mirando hacia el gerente, complementando su formación en habilidades que le permitan identificar, aun no siendo un profesional, las competencias básicas para valorar a su empleado. El desarrollo de estas habilidades también le hará sumar en otras como resolución de conflictos, negociación, liderazgo, planificación de equipos, empatía, inteligencia emocional, asertividad, etc.
De esta forma generamos valor en los 2 planos, arriba y abajo.
En el programa formativo “Ayúdame A Ayudarte” que propongo bajo esta entrada, ofrezco un módulo que habla sobre cómo identificar ciertas competencias de forma sencilla mediante la Programación Neurolingüística.