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Web de aptíssima

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“En un mundo donde el pesimismo se vuelve común, todavía hay personas que creen en sus metas”

sábado, 29 de diciembre de 2012

Un guiño al emprendedurismo, con moraleja.


Hace poco escuché un chiste muy acorde con los tiempos de emprendedurismo que vivimos. Éste decía así:

"Un extravagante millonario organizó una gran fiesta para los empleados de sus negocios en su gran mansión. Ya acabando la fiesta los reúne a todos en su inmenso jardín, donde había una gran piscina y les comunica: el que logre atravesar mi piscina le daré mi yate, mi Ferrari y mi avión privado. La piscina estaba repleta de cocodrilos y todos sus invitados se sobresaltaron ante su proposición. Sin embargo alguien, de repente, y ante el asombro de todos, saltó a la piscina.

La tensión se respiraba entre el bracear del hombre y la agitación de los cocodrilos. Todos los presentes estaban pálidos. Finalmente, el hombre salió después de haber cruzado la piscina. El multimillonario le recibió  y le felicitó por su gran valor. Y seguidamente le dijo que dispusiera de su yate, de su Ferrari y de su avión, a lo que éste contestó: no quiero su yate, pues no me gusta el mar; no quiero su Ferrari, pues no sé conducir y con respecto a su avión, tengo pánico a volar. ¿Entonces qué te animo a saltar amigo? a lo que le contestó:

¡¡ Eso quisiera saber yo, quién fue el ... que me empujó !!”

En esta historia bien podríamos identificar a la piscina con cocodrilos como nuestros propios temores o miedos internos, con los que tenemos que luchar para llegar a conocernos. A quien nos dio el empujón como nuestro Maestro, Líder o Coach. Y la energía para luchar y salir de la piscina (aprender) es algo que ponemos nosotros mismos. Sin esa energía no serviría de nada el pequeño empujón que nos han dado. La recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor y superar nuestros miedos y límites.

Pues sí, a veces necesitamos ese empujón para iniciar esta andadura y para demostrar lo que somos capaces de lograr.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"Tú sí que vales". Objetivo, identificar para qué.

Identificar el potencial de las personas con las que trabaja es una de esas cosas que «están incluidas en el sueldo» de un directivo. Y en ocasiones el potencial es el que hay, no hay más; hay personas que no dan la talla. La mayoría de mandos y directivos no han sabido afrontar la realidad del desempeño inferior al estándar. Gran parte de las preguntas a los expertos en Recursos Humanos se relacionan con los esfuerzos por conseguir que éstos alcancen el nivel adecuado. Se invierte demasiado tiempo intentando «desarrollarlos». En la mayoría de los casos, la única solución es que el afectado deje de desempeñar ese puesto.

No es conveniente catalogar a los empleados como competentes o incompetentes, sí como que tienen un determinado nivel de competencia (o de incompetencia) para realizar una tarea o un conjunto de tareas concretas. Quizá sea incapaz de desempeñar bien un trabajo específico, pero sin duda, sí otro diferente. Si la Organización tiene disponible un puesto alternativo y el problema no radica en el individuo, sino en el ajuste al mismo, la solución es evidente. Pero por norma general, esto no sucede, lo más habitual es encontrarnos que el individuo no está dispuesto y/o no es capaz de desempeñarlo al nivel exigido.


En cualquier tarea, hay un punto en el que hay que detenerse. No es agradable decirlo, y no es alentador, pero algunos directivos siguen aparentando que todo el mundo tiene potencial y que es posible encontrar la manera correcta de desarrollarlo. Y es que, todavía, hay quien sigue remando con modelos laborales de la era Industrial. Esto ya no vale.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Tiburón o delfín? Ojo con tu aleta caudal.



Es conveniente incorporar, en la búsqueda del éxito, una pizca de voluntad en mejorar las relaciones interpersonales, y más en el ámbito profesional. Establecer lazos de confianza sólidos y duraderos, que sumen valor y satisfacción a ti y a los que te rodean, en tu día a día. No sólo el fin es importante, sino la manera con que lo consigues. Es lo que te ayudará a crecer como profesional y como persona.


La soledad es muy traicionera

Hay quien ve la realidad empresarial como un mundo de tiburones, donde todo se basa en el dinero y las ventas, en donde es fácil encontrar una presa y “devorarla”. Los tiburones son seres solitarios. Pero rara vez ataca un tiburón a un delfín, porque los delfines tienen una cualidad que el tiburón no tiene: la habilidad de formar grupos. Y por eso les respetan, porque forman un grupo. No olvides que entre tiburones también se devoran unos a otros.

El libro "La estrategia del océano azul" (W. Chan Kim y Renee Mauborgne) nos habla de la existencia de dos tipos de estrategias: la del «océano rojo» y la del «océano azul». La primera lleva a las empresas a competir en espacios de mercado existentes (muy explorados y en los cuales la competencia feroz tiñe de rojo sus «aguas»)  a través de la diferenciación o la baja de costos. La del océano azul, en cambio, lleva a las empresas a generar un nuevo espacio de mercado haciendo irrelevante la competencia, creando y capturando nueva demanda, alineando todas las actividades de la organización con el objetivo de procurar la disminución de costos a la vez que el aumento del valor de los productos.


Para los autores se trata entonces de crear océanos azules, generando poderosos saltos de valor que constituyan en sí mismo una barrera infranqueable para la competencia, al menos durante un período suficientemente largo de tiempo. Tres criterios definen una buena estrategia de océano azul: foco, divergencia y un mensaje contundente para comunicarle al mercado.


Y tú, ¿en qué mar navegas? ¿viajas solo o en grupo? ¿eres un pez o un mamífero?

La importancia de elegir bien a la gente que te rodea es crucial para conseguir el éxito. Recuerda que si quieres caminar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos camina en grupo.

Os dejo una curiosidad como paralelismo de negatividad y positividad: 

Si alguna vez queréis diferenciar un tiburón de un delfín observad el movimiento de su aleta caudal (que es la que les permite propulsarse, progresar). Los tiburones mueven su cola de izquierda a derecha (como queriendo decir "NO", avanzando con esa negatividad), mientras que los delfines lo hacen de arriba a abajo (comunicando su positividad con un "SÍ").

Stephen R. Covey y la pasión


Stephen R. Covey nos dice sobre la pasión en su libro "El 8º hábito":

"La pasión nace del corazón y se manifiesta en forma de optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación. Alimenta un impulso implacable. El entusiasmo está profundamente arraigado en la capacidad de elegir, no en las circunstancias. Para quien siente entusiasmo, la mejor forma de predecir el futuro es crearlo. En el fondo, el entusiasmo se convierte en un imperativo moral, haciendo que la persona forme parte de la solución en lugar de ser parte del problema de sentirse desesperada e impotente...

La clave para crear pasión en nuestra vida es hallar nuestro talento personal, nuestro papel y nuestro propósito en el mundo. Es fundamental que nos conozcamos a nosotros mismos antes de decidir cuál es el trabajo que queremos hacer.

Un error muy frecuente es pensar que la habilidad de una persona es su talento. Sin embargo, las habilidades no son talentos, aunque el talento exige habilidad. Una persona puede tener habilidades y conocimientos en áreas donde no tiene talento. Si tiene un trabajo que exige su habilidad pero no su talento, su empresa no sacará partido de su pasión, ni de su voz...

Si podemos contratar a personas cuya pasión coincida con su trabajo, no necesitarán supervisión. Se controlarán ellas mismas mejor que nadie. Su ardor procede del interior, no del exterior. Su motivación es interna, no externa. Cuando podemos entregarnos a un trabajo que combina una necesidad con nuestro talento y nuestra pasión, nuestro poder se libera".

Después de la lectura solo me queda decir: "Gracias Sr. Covey, un auténtico placer haberle conocido".

martes, 11 de diciembre de 2012

Ponga un Coach en su Organización

Esta frase de Jim Rhon nos acerca al Coaching:

“Tienes dos opciones: o reduces tus sueños, o aumentas tus habilidades. Créeme, la primera es la más cara”

En un mundo donde el pesimismo se vuelve común, todavía hay personas que creen en sus metas. Y yo me pregunto: ¿cómo lo hacen?

Aumentar nuestras habilidades para así aumentar nuestros sueños, esa es la línea a seguir. Pues bien esa línea nos la ofrecen los programas de Coaching, y en nuestro campo el Coaching Ejecutivo y Organizacional.

Una característica común a todas las empresas de éxito, es su capacidad para desarrollar su talento humano. Estas empresas comprenden y asumen que el éxito de sus estrategias y su crecimiento depende en la medida en que crezcan sus integrantes.

El Coaching Ejecutivo y Organizacional consiste en una relación continuada en la que un Coach ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de Coaching el cliente profundiza en su conocimiento , aumentando su rendimiento y mejorando significativamente su calidad de vida. Encontrar y desarrollar propósito y sentido, profesional y laboral, al puesto que se ocupa y al trabajo que se realiza en la Organización, conexionando con los de la propia vida, personal y social del individuo, y obteniendo con todo ello unos mayores rendimientos, productividades y satisfacciones en funciones y tareas, tanto desde perspectivas personales como organizacionales.

En un proceso de Coaching se ayuda al cliente en la concreción de sus propios objetivos y de los indicadores que medirán sus resultados. El Coach ayuda al Coachee a tomar conciencia de sus fortalezas, de sus áreas de mejora y de sus propios recursos para el logro de los objetivos que el propio Coachee y su Organización se marquen. La técnica del Coaching se está trasladando cada día más del mundo empresarial al profesional, abarcando a médicos, abogados, periodistas, entrenadores, arquitectos o formadores, e incluso hay empresas que lo ofrecen como incentivo salarial para fomentar el liderazgo de quienes tienen que asumir responsabilidades en tiempos de crisis.

Ponga un Coach en su Organización y ampliará sus beneficios. "aptíssima" le invita a su primera sesión.

La ratio de la excelencia


Está comprobado que la Inteligencia entendida en términos de Coeficiente Intelectual (C.I.) es un instrumento poco válido para predecir si alcanzaremos el éxito profesional o personal y la felicidad en nuestra vida. Se hace necesario de hablar de otra inteligencia: la Inteligencia Emocional (I.E.)Según estudios científicos la correlación existente entre el C.I. y el nivel de eficacia en el desempeño de una profesión no supera el 4%. 

Daniel Goleman, padre de la I.E., realizó un trabajo de investigación sobre 181 puestos de trabajo diferentes de 121 empresas y organizaciones, abarcando a millones de trabajadores. El objetivo era determinar la ratio existente entre las habilidades cognitivas o técnicas y las competencias emocionales requeridas para un trabajo, función o campo concreto. Al final demostró que el 67% de las habilidades esenciales para el desempeño eficaz son de índole emocional. Las competencias emocionales son dos veces más importantes que las ligadas al cociente intelectual y a la experiencia.

La suma de los factores que aportan el conocimiento técnico, la formación y la experiencia constituyen el requisito mínimo imprescindible para desempeñar un trabajo, pero no marcan el éxito en el trabajo. Está claro que el Cociente emocional es el responsable del éxito en una gran medida, el desafío ahora es manejar dichas competencias emocionales adecuadamente.

Además, la importancia de la I.E. aumenta a medida que se asciende en el escalafón (a mayor nivel de trabajo las competencias emocionales adquieren mayor relevancia).

lunes, 10 de diciembre de 2012

"El éxito" desde una perspectiva Transcendentalista


Para Ralph Waldo Emerson el éxito era algo así como:

"Reir a menudo y  mucho; ganar el respeto de gente inteligente y el cariño de los niños, conseguir el aprecio de críticos honestos y aguantar la traición de falsos amigos; apreciar la belleza; encontrar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poco mejor, sea con un niño saludable, una huerta o una condición social redimida; saber que por lo menos una vida ha respirado mejor porque tú has vivido. Eso es tener éxito".

Y para ti ¿qué es el éxito? ¿Qué te parece esta definición de éxito?

Otra gran cita que Ralph nos dejó es esta otra muy propicia para estas fechas navideñas: 

"Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año." 


¡ FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO !

"aptíssima" una marca con identidad


“EN UN MUNDO DONDE EL PESIMISMO SE VUELVE COMÚN, 
TODAVÍA HAY PERSONAS QUE CREEN EN SUS METAS"


La marca "aptíssima" engloba servicios de consultoría relacionados con la Psicología del Trabajo fundamentalmente. Nace por y para quienes creen que la Psicología no es sólo un camino que ayuda a aumentar habilidades dentro y fuera del trabajo, ya que basa su perfil de identidad en procesos de formación y acompañamiento, de diseño e implementación de programas de coaching empresarial, aplicación de Programación Neurolingüística (P.N.L.) a nuestro entorno y fomento de soluciones tecnológicas orientadas a cubrir necesidades para mejorar la calidad y productividad en el trabajo y la comunicación interpersonal. Una apuesta de presente y futuro, arropada por la calidad y la experiencia de sus profesionales, ya sea en el ámbito de la Psicología como en el empresarial.

Desde "aptíssima" queremos dar la bienvenida a todos aquellos que creen que la magia y el rigor de la Psicología y la Tecnología son compatible con las necesidades y la proyección económica de Organizaciones y la gestión de personas.

"El valor de las personas excelentes en el lugar y en el momento oportuno"

Colaboramos con Organizaciones y Entidades, como PARTNERS, que nos permiten ofrecer un servicio integral en el campo de los Recursos Humanos. 

Ya pueden consultar nuestros servicios en la web: www.aptissima.es

Para cualquier información pueden ponerse en contacto a través del e-mail: info@aptissima.es