La
fatiga física es un elemento presente en el mundo del trabajo apareciendo en
diferentes contextos y teniendo variados condicionantes propios de cada entorno
laboral.
Dolor y
fatiga en relación con posturas y esfuerzos son problemas de salud que el
trabajador asocia con alta frecuencia con la actividad laboral tal como
reflejan los resultados de la VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, desarrollada
por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (“VII Encuesta
Nacional de Condiciones de Trabajo,” 2012). Se considera por tanto de especial
interés en Salud Laboral la investigación de la respuesta adaptativa musculo-esquelética
al estado de fatiga en especial en movimientos mantenidos o repetitivos. Ocurre,
por ejemplo, en cadenas de montaje o ensamblaje, así como en reponedores de
almacenes y comercios (y actualmente se describe ya en trabajos de baja
intensidad física – como son las tareas de oficina -).
Los
trastornos musculo esqueléticos siguen siendo la primera causa de baja laboral
en España, siendo frecuentes las dolencias en la espalda, cuello, hombros,
articulaciones y extremidades superiores e inferiores. El coste para la salud
de los trabajadores (que derivan en accidentes graves o leves o en enfermedad
profesional) unido al coste económico que supone para el propio trabajador y el
Estado ponen el foco de atención en su erradicación.
Las bajas laborales por
dolencias de columna vertebral provocan muchas miles de horas de trabajo
perdidas a lo largo de un año. Un trastorno traumático de un trabajador provoca que se ausente de su puesto de trabajo, lo que conlleva ya una pérdida de productividad. Las cifras de lesiones, tanto laborales como de
la vida cotidiana que afectan luego al rendimiento laboral son tan
significativas que hacen que los expertos recomienden cuidar al máximo la
preparación física de cada persona.
¿Cuánto tiempo
tardaremos en darnos cuenta de la importancia de tener un profesional en plantilla
que se ocupe de prevenir y aliviar estos “malos hábitos y dolores”, o si no en
plantilla, al menos contratar ocasionalmente los servicios de un fisioterapeuta?
La fisioterapia en las empresas mejoraría la calidad de
vida de los trabajadores, reduciría las bajas laborales y, por tanto, los gastos
por incapacidades temporales. El fisioterapeuta
de empresa, además de tratar las lesiones ya producidas, puede ejercer una función preventiva, orientando a los trabajadores sobre la manera
más saludable de desempeñar sus funciones, previniendo así la aparición
de futuros problemas de salud.
Fisioterapia: una “aptíssima”
herramienta para generar rentabilidad empresarial.
Además de los beneficios lógicos para el
paciente, este servicio ofrece otros beneficios como:
- aumenta la motivación en el trabajador
al aumentar su satisfacción laboral.
- aumenta la concienciación de hábitos
adecuados de actuación sobre el riesgo.
- aumenta el rendimiento del trabajador al
estar “más y mejor atendido”.
- aumenta el rendimiento laboral al
centrar toda su atención en su trabajo, sin distracciones, ni recesos.
- aumenta su fidelidad hacia la empresa y
su sentimiento de permanencia.
- su empresa, socialmente, estará muy bien
vista.
- optimiza el tiempo libre dentro de la
empresa para una buena causa.
- obtiene importantes desgravaciones
fiscales para la empresa por tratarse de un producto de salud.
- Y más beneficios, sobre todo económicos,
que irá descubriendo…, cuando haya puesto
en marcha este servicio en su organización.
La prevención de la lesión musculo-esquelética es uno de los grandes retos de la prevención laboral. Y en este reto hay una doble responsabilidad, la del empresario para crear espacios de trabajo saludables, con un mobiliario y unas condiciones ambientales adecuadas, permitiendo al trabajador que varíe su actividad para evitar problemas por movimiento repetitivo, etc. y otra, la responsabilidad del trabajador, ya que debe utilizar los medios que le da el empresario de una manera adecuada, utilizando las medidas de seguridad y haciendo caso a lo que los sanitarios recomiendan evitando así lesiones.
La prevención de la lesión musculo-esquelética es uno de los grandes retos de la prevención laboral. Y en este reto hay una doble responsabilidad, la del empresario para crear espacios de trabajo saludables, con un mobiliario y unas condiciones ambientales adecuadas, permitiendo al trabajador que varíe su actividad para evitar problemas por movimiento repetitivo, etc. y otra, la responsabilidad del trabajador, ya que debe utilizar los medios que le da el empresario de una manera adecuada, utilizando las medidas de seguridad y haciendo caso a lo que los sanitarios recomiendan evitando así lesiones.
Por
ello en la ecuación de la productividad es conveniente incluir una variable
“f” de fisioterapeuta, para que el binomio empresa-trabajador resulte eficaz
y eficiente.
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