¿Cómo
puede la música transportarnos a una sensación de bienestar cuando la situación
que vivimos es compulsa? Y es que la música tiene ese poder de despertar
potentes emociones, es como ese pegamento especial que juega con nuestros
estados emocionales convirtiéndose en una “aptíssima”
herramienta terapéutica.
Cada
vez que contemplo la escena de la película titulada “Deliverance” dirigida por
John Boorman (Año 1972) (“Defensa” en España, “Amarga pesadilla” en Mexico y
Perú o “La violencia está en nosotros” en Argentina) donde se nos muestra un
tema perteneciente al guitarrista Arthur
Smith en un duelo musical entre guitarra y banjo, me viene siempre a la
cabeza las dificultades que en ocasiones nos encontramos en nuestro día a día
en el trabajo: una incómoda situación con un proveedor debido a una tensa relación,
un presupuesto que no alcanza su objetivo porque no acabamos de adaptarlo al
cliente, o un encontronazo con ese compañero o nuestro jefe directo que parece,
siempre, complicarnos la faena. Y decido nombrar esta escena porque el sonido del banjo suele parecernos un sonido fuerte y estridente, como símil al sonsonete de nuestro jefe, proveedor, compañero o cliente durante nuestra comunicación, provocando esa misma sensación más o menos desagradable.
Pues
bien, esta escena nos viene a decir que las relaciones Interpersonales son un
aspecto esencial para progresar y mejorar los rendimientos laborales. El
conseguir formar buenas interacciones con los demás es una habilidad que debemos
desarrollar y perfeccionar constantemente. Las relaciones interpersonales llenan
nuestras vidas, están presentes en todos los ámbitos en que nos manejemos,
siendo un aspecto básico y esencial de nosotros. Son esas conexiones que
entablamos con otras personas, y el que tengamos buenas o malas relaciones con
ellas, depende mucho de cada uno. Estar en sintonía, melódica y laboralmente hablando
consiste en trabajar sobre la misma escala de notas, saber guardar los tiempos
y el ritmo adecuado, aceptar el “duelo”, “reto” u “objetivo” que nos compete a
ambas partes concentrándonos en generar la dualidad musical precisa para conseguir,
a pesar de nuestras diferencias, una sinergia musical donde por un momento la suma de las partes somos un TODO orientados y alineados a un objetivo común donde ganan todos. Y esa
labor si la realizamos en sintonía producirá bienestar en nosotros y en el
entorno, olvidándonos un tiempo de nuestras diferencias y compartiendo
experiencias satisfactorias que a la larga afianzará nuestras relaciones
futuras.
A
pesar de las dificultades que uno y otro tengamos a la hora de iniciar una
labor debemos hacer un esfuerzo de sintonizar con quien tenemos delante. Así, el
guitarrista declara en un momento que “se perdió” y no podía seguir el ritmo
que establece el muchacho del banjo pero es consciente de su deseo por acabar con la canción (ORIENTACIÓN
AL LOGRO), su satisfacción por haber realizado un trabajo bien hecho (AUTOMOTIVACIÓN)
y su comprensión, admiración y respeto hacia “el otro” (SINTONÍA EMOCIONAL) que le anima a
seguir con pasión hasta el final deseando incluso “seguir tocando todo el día
con ese chico”. Chico que realmente es un muchacho autista con sus
considerables severos problemas de comunicación.
Cuando
esto sucede hasta nuestro entorno baila al mismo ritmo produciendo bienestar en
nosotros y todo lo que nos rodea. En nuestras relaciones en el trabajo estar en sintonía con alguien es un acto social que nos incluye dentro de un mismo grupo
de trabajo orientado hacia un objetivo común. Estar en sintonía también nos
permite entender las dinámicas de poder que frecuentemente influyen en las
relaciones sociales, y en particular en los ambientes laborales.
Para ello, empecemos por sintonizar
nuestras emociones como por ejemplo esbozando una sonrisa que fácilmente es
devuelta por la otra persona. El psicólogo William James, postuló que el
cuerpo cambia en función de lo que sucede alrededor, en este caso, las
emociones ajenas. Después ya sintonizaremos otros criterios como puedan ser ciertos comportamientos, creencias o valores.
Es
por todo ello que para mejorar nuestras relaciones interpersonales en el
trabajo es necesario:
ORIENTACIÓN AL LOGRO + AUTO-MOTIVACIÓN + SINTONÍA EMOCIONAL
Una
ORIENTACIÓN AL LOGRO entendida como es
alinear los objetivos personales con los organizacionales y de esa forma fijar
metas ambiciosas por encima de los estándares y expectativas establecidas.
Una MOTIVACIÓN, entendida de manera
intrínseca, donde la satisfacción por el trabajo bien hecho sea el mayor
estimulante para alcanzar los retos marcados.
Y una SINTONÍA EMOCIONAL, entendida
como SIMBIOSIS COMUNICATIVA o COMUNICACIÖN SINTÓNICA, es decir la capacidad de
crear armonía, entendimiento y adaptación entre las dos personas que nos permita
entrar en un contacto profundo, inconsciente y emocional con nuestro
interlocutor.
Importante
no confundir en este sentido SINTONÍA EMOCIONAL con EMPATÍA ya que la empatía
(capacidad de ponerse en el lugar del otro) y que aparentemente puede desempeñar
el mismo papel que la sintonía, con la empatía corremos el riego de la transferencia
sin control del estado de ánimo. Es decir, empatizar totalmente con alguien con
problemas nos puede llevar a absorber las emociones de manera negativa
repercutiendo por consiguiente en nuestra propia salud. Cuantas veces al ver malas
noticias en los noticiarios de televisión nos lleva a un estado no agradable,
haciéndonos sentir una víctima más de dicha situación visualizada.
En
resumen y como consejo ante situaciones incómodas pero necesarias en las que la
buena comunicación con los que nos rodean es fundamental para el logro de un
proyecto acordémonos de esta escena de “Duelo de banjos”, revívela en tu mp3 o radio, y entendámosla como
una oportunidad de aprendizaje en nuestro desarrollo emocional a través de la cual entenderemos que en ciertas ocasiones no existen más límites hacia el
bienestar laboral que los que nosotros mismos nos marcamos y que si empezamos
la canción y somos capaces de establecer sintonía emocional en algún momento
aparecerá “esa sonrisa” (minuto 3´08´´ de la secuencia) que refuerce nuestra orientación
al logro sintiéndonos en todo momento satisfechos de realizar un trabajo bien
hecho. De esta forma contribuiremos al éxito, como verdaderos protagonistas, de
una película llamada “Bienestar laboral”.