Hace tiempo que ...
Así empezaba mi propia “carta auto-dirigida”.
En
este mundo donde pocas veces nos hablamos a nosotros mismos, donde cualquier
silencio lo solemos llenar con ruido, donde parece no haber tiempo para escucharnos a nosotros mismos, donde
normalmente estamos más pendientes de “lo externo” para avanzar, aconsejo esta
práctica personal con gran poder de cambio.
Nadie
mejor que nosotros mismos conoce nuestros deseos, pasiones, miedos y proyectos.
Nadie mejor que nosotros mismos es capaz de escribirse una carta de presente y
futuro.
Ponernos
a escribir en pocas líneas esta carta, lo considero fundamental para nuestra
propia motivación personal. Yo mismo la empleo en momentos puntuales, la vuelvo
a releer y me ayuda a redirigir mis pasos, me ayuda a conectar conmigo mismo y
ver un mañana más audaz y prometedor.
Esta
carta se escribe “desde dentro”, en momentos donde nos reencontramos con nuestro
Yo. Es conveniente escribirla tras un proceso de cambio, de aprendizaje, donde
nos deseamos a nosotros mismos un mensaje de fortaleza y esperanza, lleno de
positivismo. Volver
a un tiempo pasado escrito con un presente muy personal nos da un aliento
incombustible para afrontar próximos retos.
Desde
aptíssima nos gustaría que hoy mismo comience Usted a escribir su carta auto-dirigida
y se diga así mismo dónde le gustaría verse dentro de uno, tres o doce meses. Háblese a sí mismo sobre ese sueño que quiere alcanzar. No escatime en mimos y dígase cuánto se quiere y cuánto vale porque necesitará escucharlo, es clave para crecer. Mientras la escriba recuerde aquellos miedos que le paralizan, más adelante los verá más pequeños de lo que en verdad fueron. Escriba hacia dónde quiere dirigirse, deseando fuertemente salvar todos los obstáculos que se le pongan por el camino. Escriba sobre qué le gusta de verdad hacer, qué es lo que le hace disfrutar cuando trabaja. Deséese a Usted mismo un futuro prometedor desde el presente. Ponga fecha y fírmela. Luego meta la carta en un sobre, ponga su propia dirección (no en el remitente sino en el DESTINO), entréguesela a alguien en quien confíe y dígale que se la
mande por correo en ese plazo de tiempo
que Usted mismo estimó oportuno darse.
Simplemente
sólo el hecho de ponerse a escribirla ya es importante.
Deseando que esta experiencia le sea positiva y le sirva para avanzar en su camino, se despide cordialmente, JUAN. Un abrazo.
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